La arquitectura paleocristiana, o cristiana primitiva, es la sucesora de la arquitectura del gran Imperio Romano. A inicios del siglo III d.C. es cuando este empieza a decaer y este nuevo período histórico de la arquitectura empieza a cobrar un papel más protagonista.
Características de las Basílicas Cristianas Primitivas
Tras el Edicto de Milán promulgado en el año 313 d.C., surgió el monumento cristiano por excelencia: la iglesia de planta basilical.
Estos edificios, las basílicas de la arquitectura paleocristiana, se diferenciaban de las romanas en varios aspectos:
Estructura
La estructura era mucho más ligera y los muros más delgados, puesto que necesitaban sostener una cubierta más ligera y de madera.
Fachada
La fachada estaba mucho menos ornamentada, puesto que se trataba de simples bloques cúbicos de ladrillo, cuyos huecos y el frontón que remataba la fachada eran su única decoración, mostrando así más austeridad.
Interior
El interior era la parte más importante de estas basílicas, por lo que introducen elementos que, a priori, deberían pertenecer a la fachada como por ejemplo, la columna.
Atrio
El atrio, o patio porticado, se colocaba frente a la entrada. Posteriormente este se convirtió en el nártex, que procedía de oriente y consistía en una sala abovedada rectangular desde la que se tenía acceso a la basílica a través de varias puertas.
Coro
El coro se resolvía con un ábside incurvado de planta semicircular (o poligonal) hacia el exterior y con orientación al este.
Ejemplos de Arquitectura Paleocristiana
Basílicas
Aún existen algunos ejemplos de basílicas paleocristianas, pero la mayoría han desaparecido:
Basílica de San Pablo Extramuros
Roma, s.IV
Basílica de San Lorenzo Extramuros
Roma, s.IV
Basílica de Santa Inés
Roma, s.IV
Iglesia del Santo Sepulcro
Jerusalén, s.IV
Basílica de San Juan de Letrán
Basílica de San Pedro
Basílica de Santa Eulalia
Basílica de Santa Sabina
De todas ellas hay que destacar la Basílica de San Pedro (Roma), sustituida entre 1505 y 1613 por la iglesia que hay actualmente.
Otros edificios
A pesar de que la basílica fue la tipología edificatoria por excelencia de la arquitectura paleocristiana, también existen otra clase de edificios como el martyrium (tumbas de mártires cristianos) y mausoleos (tumbas monumentales), por ejemplo.
De entre los mausoleos destacan los siguientes:
Mausoleo de Santa Constanza
Construido en Roma en el año 350 d.C. Este tenía un núcleo central cubierto con una cúpula que se apoyaba sobre 12 soportes com columnas y era el espacio más iluminado. En su interior contaba con un espacio aledaño (el deambulatorio) que poseía una bóveda anular (en forma de anillo) decorada con mosaicos.
Mausoleo de Teodorico
Construido en Rávena, Italia, alrededor del siglo IV d.C. Para muchos se trata de una obra perteneciente a la arquitectura bizantina o al prerrománico italiano.
Mausoleo de Constantino
Se ubicaba en Roma y fue erigido en el siglo IV, pero actualmente está desaparecido.
Además, también encontramos ejemplos de monasterios de la arquitectura paleocristiana en Egipto y sus alrededores. Esto lo sabemos gracias al descubrimiento de los monasterios de San Antonio y San Pacomino en Egipto, y el de San Basilio en Siria.
Historia de la Arquitectura Paleocristiana
Este período comienza con Diocleciano, que dividió el imperio romano en 4 regiones. Tras una serie de luchas con Diocleciano, Constantino se declaró nuevo emperador y trasladó la capital del imperio a Constantinopla y dejando fuera de juego a Roma como capital.
En el año 313 se promulga el Edicto de Milán, lo que permitió a los cristianos expresar su fe. Antes de este momento eran perseguidos por ello. Este hecho tan importante favoreció el florecimiento de la construcción de las primeras obras paleocristianas.
Los primeros edificios que podemos encontrar en la historia de la arquitectura paleocristiana son las domus ecclesiae, que no son otra cosa que modestos edificios donde podían congregarse y celebrar sus reuniones. Aparentemente son similares a las domus romanas, pero a diferencia de estas las domus ecclesiae disponían de 2 estancias diferenciadas: una para el bautismo y otra más grande para las liturgias.
Estas pequeñas construcciones derivaron en pequeñas iglesias llamadas titulus, de las cuales la más antigua que se conserva es el titulus de San Martín de los Montes, cuya construcción se llevó a cabo en el siglo III.
Otros de los ejemplos primitivos que podemos encontrar en la arquitectura paleocristiana son las catacumbas, que no son más que lugares donde los cristianos enterraban a sus muertos. Generalmente se trataba de minas romanas abandonadas que ellos utilizaban con este fin de modo que sus muertos no estuviesen compartiendo lecho con los paganos romanos.
Las catacumbas más conocidas son la catacumba de San Sebastián, la de Santa Priscila, la de San Calixto, la de la Vía Latina, la de Santa Domitila y la de los Santos Marcelino y Pedro.
Si deseas seguir informándote sobre este período de la historia de la arquitectura, puedes echarle un vistazo a este vídeo: